Las naves taquiónicas son unas naves espaciales capaces de alcanzar velocidades mayores a las de la luz.
Su origen parte de un tipo de partícula cuya velocidad supera a la de la luz y cuya materia es propia de un universo simétrico al nuestro, en el cual la velocidad de la luz es un límite mínimo, nada puede ir más lento que la luz.
Con la existencia de los taquiones podemos viajar a velocidades supralumínicas.
Gracias a estos taquiones, partículas elementales diferentes y que están en un estado desigual de la materia, las naves taquiónicas se transforman a ese estado al completo, de modo que adoptan una velocidad mayor que la luz, más alta cuanta menor es la energía que posean las partículas, manteniéndose al margen de las contrariedades relativistas.
Índice
Cómo funciona las naves taquiónicas y el viaje superluminico
Las naves taquiónicas están diseñadas para los viajes integalacticos. La exploración espacial se puede dividir en tres fases diferenciadas según el radio de alcance de dicha exploración.
- Los interplanetarios, que sería la exploración del sistema planetario, como por ejemplo el Sistema Solar. Una distancia que se puede medir en unidades astronómicas.
- La interestelar, la exploración de otros sistemas, situados a años luz del nuestro. Viajes de estrella a estrella.
- Y la exploración para las naves taquiónicas, la intergaláctica. Se trata de explorar otras galaxias, un ejemplo sería viajar de la Vía Láctea a Andrómeda.
Viajes intergalácticos
Las distancias entre galaxias se miden en millones de años luz o en megaparsecs.
La galaxia más cercana a la Tierra es la galaxia de Andrómeda que está a 2.5 millones de años-luz de distancia. Esto supone que, aún viajando a la velocidad de la luz se tardaría 2.5 millones años en llegar a la galaxia más cercana. Mucho tiempo.
Pero para franquear esta distancia hay diferentes métodos de superar la barrera de la velocidad de la luz, o bien trazar atajos que acorten estas distancias.
Atajos en el espacio
Consiste en plegar el espacio para unir dos puntos distantes, convirtiendo el viaje en instantáneo. Algo como en lugar de unir dos puntos en una hoja de papel mediante una línea recta, plegar el papel haciendo que los dos puntos se toquen.
Estos atajos pueden ser mediante:
- Agujeros de gusano.
- Teletransporte.
Viajando más rápido que la luz
- Hiperespacio. Es un lugar físico al que las naves saltan, y en que las leyes físicas son diferentes, siendo posible viajar más rápido que la luz.
- Motor warp. De forma similar a los agujeros de gusano, el motor warp o motor de curvatura modifica la topología del espacio tiempo de acuerdo a la Teoría de la Relatividad General, comprimiendo el espacio al frente de la nave y dilatándolo a la espalda. De esta forma, el dispositivo acorta la distancia, dando la impresión de que se mueve más rápido que la luz.
- Naves taquiónicas. Los taquiones son partículas para las cuales la velocidad de la luz sigue siendo un límite irrebasable, pero un límite inferior. Una nave taquiónica, por lo tanto, viaja irremediablemente más rápido que la luz. En este caso también hay un salto al hiperespacio, en realidad es un cambio de condición de la materia, que viajaría como una onda taquiónica. Al reaparecer en el espacio real, la onda colapsaría, restaurando la materia a su composición de inicial.
Cómo funcionan las naves taquiónicas
Así como la barrera del sonido representó una limitación tecnológica en el pasado, también lo es la barrera de la luz.
Las naves taquiónicas ofrecen la posibilidad de realizar viajes interestelares en tiempos razonables. Basta con poner en práctica el siguiente procedimiento:
- Construye una nave espacial formada por materia ordinaria.
- Sustituye por taquiones todas las partículas de la nava, su contenido y tripulantes. Se desintegra la nave en nuestro universo y se reintegra en el mundo de los taquiones, hiperespacio taquiónico.
- Acelera la nave taquiónica hasta una velocidad tan grande como deseemos. Eso no es difícil, porque en el universo de los taquiones no hay que gastar energía para acelerar, sino todo lo contrario.
- Cuando alcancemos el punto de destino, desintegramos la nave de nuevo, la reintegramos en el mundo de la materia corriente, y ya hemos llegado.
Muy fácil, ¿no? Solo falta el pequeño detalle de la desintegración y reintegración de un universo a otro.
Pues sería algo así. Imagina que tienes un dispositivo tal que la masa real de un objeto se pudiera transformar en imaginaria, este pasaría de estar constituido completamente de tardiones (mundo real) a taquiones (mundo taquiónico), al revertir el proceso, transformando la masa imaginaria en real, el objeto pasaría de estar constituido por taquiones a tardiones, de esta manera el dispositivo permitiría que el objeto ejecutara un salto de un punto al otro en el espacio, a través del hiperespacio taquionico como medio.
Considerando que la masa de un objeto se expresa mejor en términos de energía. El dispositivo tendría la capacidad de transformar energía real en imaginaria y a la inversa.
Si el objeto es una nave, su alcance estaría determinado por la energía, y el tiempo que la nave permaneciera en el hiperespacio taquiónico.
Como la energía neta de una partícula es la suma de su energía cinética más su energía en reposo. Si la energía cinética de cada partícula está dada por la velocidad de la nave, entonces podría regularse el alcance del salto, modificando la velocidad antes de realizar el salto.
Pero qué son los Taquiones
Los taquiones, partículas con la propiedad de moverse siempre a velocidades mayores que la de la luz.
Su comportamiento matemático no trasgrede las limitaciones de la teoría especial de la relatividad, que prohíbe que los cuerpos con masa alcancen la velocidad de la luz.
Al introducir una velocidad para esta partícula mayor que la de la luz se obtiene una masa imaginaria. Debido a que su velocidad es mayor que la de la luz, esta masa no es directamente medible.
La energía del taquión disminuye cuando su velocidad aumenta, y el valor mínimo del momento lineal es mínimo cuando su velocidad es infinita; es decir, el taquión es tanto más estable cuanto mayor es su velocidad, con el límite en infinito.
Tardiones
En contraposición a los taquiones, los tardiones son partículas cuya velocidad máxima sería la de la luz.
Los tardiones son las partículas con las que estamos acostumbrados a tratar, tienen masa, están sujetas a los fenómenos relativistas y conforman lo que se denomina universo tardiónico. Son, en definitiva, el Universo Conocido.
La transformación tardión-taquión-tardión, es la base de los saltos hiperespaciales, podría efectuarse con imperfecciones, lo que a su vez afectaría a la larga a los viajeros hiperespeciales, sobre todo en su órgano más delicado: el cerebro con todo lo que ello implica.
Taquión en el mundo cuántico
Dependiendo de la nota que se toque en una partícula su masa cambia.
En la teoría de cuerdas se establece que lo que vemos como partículas (electrones, fotones, gravitones…), son en realidad diferentes estados vibratorios de la misma cuerda.
La masa de una partícula puede ser deducida como de la vibración ejercida por la cuerda; la masa depende de la nota se esté tocando en la cuerda.
Los taquiones frecuentemente aparecen en el espectro de estados de cuerdas permitidas, como queriendo decir que en algunos estados tienen masas al cuadrado negativas, y por lo tanto masas imaginarias.
Neutrinos, partículas que desafían la Relatividad Espacial
Pero aparte de los taquiones, hay otras partículas que pueden que viajen más rápidas que la luz.
Los neutrinos, partículas diminutas más pequeñas que los átomos, pueden que viajen a 300.006 kilómetros por segundo, un poco más rápido que la velocidad de la luz.